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domingo, 26 de diciembre de 2010

Un verso clavado en el corazón.

Tú, niña, alma y espíritu,
no había manera decirte que no.
Tu, chica, de corazón puro,
tus ojos, llenos de ilusión.

Con tu mirada perdida
abstracta en tu imaginación,
soñarías lo imposible,
reina de mi corazón.

Tú, la estrella de oriente,
me guía, no me pierde.
Tú, el sentido de mi poesía,
amor jubiloso, sin agonía.

Romperé el péndulo del tiempo,
quiero una vida eterna contigo,
Estaremos juntos en el cielo.
a tu lado, siempre amor mío.

Secaré tus lágrimas
con los vientos templados
que recorren los mares
de atardeceres dorados.

Seré el gato negro
apostado bajo tu ventana.
Me oirás maullar en la noche,
hasta el rayo de la mañana.

Tú, alma gemela,
la reina de mi sueño.
de tu corazón
siempre estaré hecho.

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