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lunes, 30 de mayo de 2011

Un silencio nocturno

Era un naufragio como otro cualquiera, un choque de palabras a la salida, un mar de olas infinitas que susurraba tranquilidad al llegar a la playa. Otro silencio roto, un todo por el cual dejó de escribir, unos pasos que malinterpretaron la historia y ahora se encuentra solo, a la deriva en una vida llena de contemplaciones y malos recuerdos, que intentó solucionar mirando cada mañana fijamente al sol, para ver si así conseguía quemar esos recuerdos que le acompañaban cada noche sentado en la barra de los perdedores nocturnos.


Era otro secreto que se echó a volar a la llegada del alba, una nada que se abría paso cada mañana entre la niebla de su memoria. Un silencio mudo, con ganas de hablar, un sueño que se asoma a su ventana y le recuerda que el único logro que va a conseguir en la vida es morirse. Era una lluvia de gotas amargamente negras, era un mapa borrado del cielo, era una canción sin música, era un beso sin sabor, era un silencio que prefirió quedarse mudo.

lunes, 23 de mayo de 2011

Una noche sin vida

Con luces y neones de carretera.
De puros y perfumes que quitan las penas.
De tíos que fingen estar codiciados.
De piernas abiertas y pechos cerrados.

La esquina se llena de amores pagados,
la noche se ensucia de dinero barato.
Sabanas llenas de ideas impuras,
salidas de emergencia para noches muy duras.

Y con una sonrisa te dan su corazón.
Y con una mirada, te dicen -mi amor-.

Sus ojos reflejan la luz de las estrellas.
Por la barra se desliza con o sin sorpresas.
Sus labios de fresa, sabor caramelo,
de piel oscura, como su pelo.

Muñequita de trapo que enterraste tus sueños,
tu alma y cuerpo ya tienen su dueño.
Quién se acordara de ti, en esta noche corta, 
en este bulevar donde te han dejado sola.

sábado, 14 de mayo de 2011

Conversaciones en el último bar

Se abrió la puerta del último bar de la noche, un rostro se asomó lentamente por ella pero la cortinilla de humo que predominaba en el ambiente no dejaba averiguar quien se escondía bajo esa silueta. La chica, pelo corto, pelirroja, bajita y de tez blanca se encaminó hacía la barra mientras levantaba la mano para llamar la atención del camarero y pedir un Bourbon con Whisky. Se sentó en un taburete, el cual cojeaba por un lado, y apoyó sus codos en el borde de la barra mientras saboreaba su bebida. A continuación, la chica se giró para ver la figura que estaba sentada a su lado con la cabeza baja y su mejor perfil en la sombra por culpa de un foco de luz mal proyectado.
Ella sonrió con desgana, le había reconocido, pero no esperaba encontrarlo allí, y menos esa noche.
-No pensé que te volvería a ver por aquí- le dijo poco entusiasmada por empezar una conversación.
El hombre levantó la cabeza y dejo el vaso vacío que sostenía con la mano derecha encima de la barra.
-Ya tiene que rondarte algo por la cabeza para pensar que un Ron doble te hará olvidarlo- le dijo de nuevo la chica, esta vez girando su taburete hacia él.
-Olvidar, que bien suena ¿no crees?, una imagen, una palabra, un recuerdo…- dijo el hombre, mientras miraba fijamente el vaso vacío.
La chica reflexionó sus siguientes palabras, le conocía demasiado bien para saber que le pasaba por la cabeza.
-Creo… que olvidar es de cobardes, aunque a veces nos contradigamos a nosotros mismos creo que olvidar sería lo más sencillo para seguir y no preocuparse, quién sabe, tal vez lo necesites, tal vez no, pero no podrás conseguirlo, es algo que te marca, una huella de la vida, una cicatriz del tiempo.
El hombre dejó de mirar al vaso y se dio la vuelta, ahora se le podía ver el rostro perfectamente, un rostro serio y amargado…
-Olvidar es una complicación de la vida que muchas veces… no podemos controlar- dijo el hombre mirándola directamente a los ojos.
-Entonces, no te rindas- le dijo la chica mientras dejaba el vaso en la barra y se perdía por el ambiente humeante del último bar de la noche.

domingo, 8 de mayo de 2011

Hasta el Lucero del Alba

Somos inmigrantes de las estrellas.
Somos lo que queda al final de la botella.
Somos el perfume de una noche loca.
Somos la suerte que nunca nos toca.

Dos rastrojos sin ánimo de lucro,
dos velas que siempre están de luto,
lo fácil, lo sencillo, lo corriente,
el amor cuando cruza el puente.

Dos caminos que nunca se encuentran,
dos historias que se quedan a medias.
Dos náufragos perdidos,
en una isla desierta.
Dos estatuas en la plaza,
que nunca despierta.
Dos corazones unidos,
Por un deseo.
Dos astros que se juntan,
En el Lucero.

Somos la ignorancia que se esconde,
los sueños rotos de una noche.
Somos la realidad, detrás de un espejo,
el tiempo que se para, cuando te beso.

lunes, 2 de mayo de 2011

Lágrimas del cielo

Observa como a fuera está lloviendo.
Como el agua moja cada parte de tu cuerpo.
La lluvia incesante nos rodea y nos atrapa.


Escucha como las gotas caen sin recelo al vacío, para acabar, quien sabe.
En tu pelo, en tu rostro, en tus labios.


Son lágrimas del cielo, son llantos de ángeles,
son el preludio de un amanecer sin remedio, desnudo y cálido,
como tus ojos, como tu boca, como tu cuerpo.


A fuera está lloviendo lágrimas del cielo.
Siente el recorrido de las gotas por tu cuerpo.
Escucha el agua caer, escucha el llanto de la noche.
Siente tus ojos llover y las lágrimas en tus labios.