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domingo, 23 de diciembre de 2012

Life


Hoy te voy a contar la historia jamás contada, una historia que perdura, una historia de años, de edades y cambios. Un historia que nace y muere, una historia de dibujos animados, una historia de pequeños momentos, una que mientras crece hace sombra a las demás. 
Es una historia que pueden llenar libros, una historia que inspiran poesías, que inspiran versos escondidos en una hoja a la deriva en el mar. Una historia en blanco y negro que cuando quiere pasa a color, un historia no fácil de narrar pero si de interpretar. Es una historia que vive centenares aventuras, que ve miles de caras pasear a su lado, que siente y padece, y el paso del tiempo le pesa volviendo viejas sus palabras.

Es una historia que enamora a otra, una historia de la que nacen más historias, una que muere como todas las demás pero siempre dejan un final abierto. Es una historia que derrama lágrimas y sonrisas, una historia con frases para pensar, con emociones que no decaen por muchas páginas que tenga. Es una historia que crea y cumple sueños, es una historia como todas las demás, como una gota que cae en el océano. Una historia con un mensaje claro, una historia llena de incógnitas. 
Una historia, que a veces, no hace falta ni contarla, solo hace falta vivirla. Porque esa historia, eres tú. 

jueves, 13 de septiembre de 2012

Poemas de Otoño


Juguemos a morir en un amanecer,
a bailar el tango de las noches,
a soñar una melodía sin estribillo,
a escribir besos en el porche.

Juguemos a lavar el mundo con una sonrisa
a adivinar el futuro bajo nuestras botas,
a bebernos la calle bajo alguna
estrella marchita y rota.

Juguemos a inventarnos cuentos
para dormir en ellos.
Juguemos a arruinar la soledad
sin motivos por los que llorar.

Juguemos a levantar un muro
entre nosotros y sus palabras.





martes, 14 de agosto de 2012

Ría de Gernika


La luna rueda horizontes altivos,
la tierra se agrieta dejando paso al agua,
y a lo lejos, allá donde el viento lleve las olas,
han de chocar con la Isla de Izaro.

El tiempo peina la ermita, dejando en ella,
polvo y olvido.
La arena se esconde bajo las aguas, llevando
consigo, tesoros de nácar.                             

Y una vieja canción se pierde, mar adentro,
donde nadie la puede encontrar.
En los montes, donde se guarda el silencio,
miles de ojos te acompañan.

Y a lo lejos, suena el mar, rompe la ola,
saluda el sol cada mañana, en las rías
de Bizkaia.

















domingo, 12 de agosto de 2012

Bairro Alto


Soy de esos que se vuelven en el tren
de los olvidos.
Soy de esos que construyen sueños
de papel y sentido.

Soy alguien que besó tu beso, en estas calles,
donde a cada paso se deja la voluntad
tirada en el bordillo.
Y se pisa la voz, y no vuelve el miedo,
y los versos no callan las olas de Enero.

No hay razón para no sentir,
ni olvidar, ni querer, ni reír.
Me quiero perder por tus calles
sin olvidar todo, sin olvidar a nadie.


                                                  Lisboa 12-07-2012

Lisboa


Y allá, en el lugar donde mueren los ríos,
Donde lloran las luces y las colinas se visten
con atardeceres decaídos.
Donde las calles mueren en otras, donde no se olvida
el olvido. Allá, lejos, donde el amor
no puede romperse, donde se descubren
nuevos horizontes, donde el mar calla, se aleja
y vuelve. Allá, donde se entra al infierno,
donde los bosques esconden castillos,
donde los amaneceres te llaman sin querer.
Donde las sombras esconden lo bello, lo hermoso.
Donde hay besos a la orilla del mar, allá,
donde no hay estaciones ni frio que añorar,
allá, bien lejos, Portugal.


                                                             

domingo, 1 de julio de 2012

Carta de los Valientes


No es justo. A mis 18 años, con una mente a la que aún le queda un poquito de inocencia, he descubierto que este mundo no esta tan maravilloso como pensaba, no todo es perfecto ni sale tan bien. Las experiencias de otros me han hecho abrir los ojos, y he comprendido que la vida no siempre te va a dejar vivir. Como nos muestra Molière, la hipocresía nace en el corazón más vil de todos los seres humanos. Llega un momento que comprendes que de nada sirve el diálogo y la comprensión, que la lógica y la razón no van cogidas de la mano, y que las lágrimas que has derramado no van a ser vengadas. ¿De qué te sirve luchar si siempre te van a arrodillar?
Esta vida no es justa, nada lo es, pero si algo me han enseñado es que hay que levantar la cabeza y seguir mirando al frente, que de nada sirve pararse y reflexionar los hechos pasados. Pero sobretodo, y esto es algo que hoy he entendido, la valentía nace en los corazones de quienes quieren un mundo o una vida digna y feliz. Tú has sido valiente, tú has luchado, incluso contra nosotros, has demostrado temple y seguridad, has tenido confianza en ti misma y has sabido trasmitirnos todo esto. No sé si de algo te servirán estas palabras pero a mi si, me ayudan a darme cuenta que todo acto tiene su consecuencia, una vez quise hacer justicia, y me quitaron una cosa que tanto quería hacer. Ya ves, nada es fácil, y ahora me voy dando cuenta, tú ya has vivido más años y todo esto lo tienes que saber.
Quiero que sepas que no creo que hubiese habido otra mejor que tú. Hoy he ido a una librería y en una estantería estaban todos: Baudelaire, Kafka, Joyce, Henry, Ernest, Márquez, Valery, Austen, Neruda y un largo etc. He sonreído porque me acordaba de todos y los podía ubicar perfectamente. Esto es algo que te voy a agradecer el resto de mi vida. Esta cultura la he ido ganando en unas clases que, aunque a veces me durmiese, siempre he entrado en ellas con ganas. Has sido muy buena profesora, nadie lo niega, nadie te va a quitar ese calificativo, todos te vamos a recordar y espero de todo corazón que la vida te vuelva a sonreír, que vuelvas a hacer lo que más te gusta y que todo te vaya bonito. Como dirían los Celtas Cortos, “espero que mis palabras desordenen tu conciencia”.

lunes, 18 de junio de 2012

Cuando lloran las almas


He ido olvidando el tiempo pasado, mientras suspiro melancolías y dejo caer palabras efímeras, por este acantilado de los viejos sueños.
No dejan marchar las flores al sol, no dejan de enredarse las ramas del árbol a los corazones que padecen soledad, y fugaz camino, y llora tu tristeza.
Por qué añora con esperanza esa flor, que un día se encontró en el camino y al otro supo enamorarse. Que no deja de pensar, tras crespúsculos caídos, cuantos besos se llevó el viento, mientras los ojos cantaban las últimas canciones de amor.
Quién despertó a las golondrinas que se posaban en mi alma. Y con la lluvia desnuda de otoño se marcharon, a buscar otra alma solitaria.
Cuando todo está callado, es cuando puedo hablar con silencios.
Mis palabras callaron, y mi alma se mudó, y esta fría noche, con vientos del Norte y luna de farol, nunca dejó existir, otro cielo con sol.

miércoles, 23 de mayo de 2012

En el negro corazón...

En el negro corazón de todos los hombres,
jamás se plantó una semilla de amor.
En los oscuros ojos de todas las miradas,
tu luz nunca iluminó su temor.


En los rincones más oscuros del alma,
allí donde el odio reina sin razón,
allí donde la vida no es más que la muerte de otra,
allí falta tu amor.


Pues eres tú la medicina de mis miedos,
de todos mis silencios, del abandonado
y caído mundo, del hombre muerto
que del aire respira todos sus secretos.


Pues eres tú y nada más, lo que
rellena este vacío existencial.
Pues eres tú, mi ardiente frío,
a quien le susurré al oído:
"Antes de amarte, amor, nada era mio".

domingo, 15 de abril de 2012

Sonríe


He leído una carta, una hermosa carta, no sé a quién iba dirigida ni con qué intención, pero lo que había escrito en ella se merece mi más sincero respeto. Esa carta hablaba de la vida, los sueños, el amor, las adversidades, la amistad y lo mejor de todo, de la sonrisa. La sonrisa es el gesto más bonito que el ser humano puede realizar, expresa un millón de cosas y a la vez solo una, una sensación cálida y acogedora, una emoción, un gesto de felicidad indestructible que hace a la persona más triste del mundo, un poco menos triste.

Esa carta narraba la complicada vida de alguien que, pese a sus adversidades, no permitía que nada pudiese vencerla. Narraba como el ser humano tiene la capacidad de sacar lo bueno de las cosas malas, siempre manteniendo la sonrisa, siempre sacándola de donde nadie cree que pueda estar escondida. Y por ello la admiro.

A veces, cuando nos sentimos mal, cuando parece que estamos condenados a la soledad en algún rincón de nuestra existencia, en la mente se enciende una bombilla, y rápidamente buscamos a tientas ese resquicio al que sujetarse antes de caer al abismo. Esa ayuda necesaria puede venir, quién sabe, de una persona, de un sueño, de una ilusión…Y es ahí cuando te das cuenta de que una vez que te has caído al suelo, lo único que te queda, es levantarte.

Sonreír es un don que tenemos, quizás el mejor de todos, es el arma infalible que lo vence todo y además es contagioso, y puede ayudar a otros que necesiten un poco de cariño y comprensión. Yo siempre me he considerado embajador de este gesto tan simple y a la vez tan enorme, es lo mejor que uno puede enseñar a los demás, si pudiese predicar esto toda mi vida lo haría, porque borra las preocupaciones, alimenta los corazones y le sienta muy bien a la cara.

En una ocasión alguien lanzó una pregunta al aire, quizás no esperaba respuesta, quizás la buscaba, pero al fin y al cabo, siempre acaban viniendo.

-¿Por qué existen los días tristes?-
-Porque existen los días alegres-

=)

jueves, 8 de marzo de 2012

Ni cruces sobre cementerios


Tantas palabras escritas,
en los rincones del tiempo,
que laten, que están vivas,
forjadas por presos.

Aquellos, nuestros hermanos,
con manos secas y curtidas,
narraron tantos llantos,
contaron tantas vidas.

Se olvidaron del amor,
amigos fieles de la muerte.
Cantaron sus huesos sin temor,
bajo un cielo ardiente.

Hundisteis vuestras sucias calaveras,
rezando cada verso maldito.
Vuestra mirada será eterna,
aunque se muera lo escrito.

Vuestras armas son palabras,
más sangre que la guerra hicieron.
De las noches no nacían mañanas,
ni cruces sobre cementerios.


jueves, 1 de marzo de 2012

Cartas a un joven


Dice mi padre que escriba, que así desahogaré mi alma, mis penas, mi melancolía. Una frustrante angustia vital tengo anclada en lo más profundo de mi ser, que deja al corazón sin latir, y a la mente sin pensar y a mi sin sentir. No como, pues me sabe a cenizas la comida, el agua no sacia mi sed de angustia, no tengo ganas de quedarme solo, porque me pierdo. Se ha apagado la luz que iluminaba mi optimismo, mis fuerzas y mi perseverancia. No es mi vida la que muere, sino soy yo quien se deshace poco a poco en un interior lleno de tragedia y amargura. Mi muralla se ha derruido y he olvidado como volver a construirla. Escribir es lo único que me anima a seguir con estas palabras repletas de pesimismo, tan negras como las lágrimas que recorren mi rostro cuando ya las fuerzas me han abandonado. Y ahora me pregunto, ¿qué necesito?, me miro en un cristal y veo en su reflejo esos ojos vacíos, casi negros, exentos de cualquier sentimiento, sin ganas, sin fuerzas, sin nada.


Lo que fácil viene, fácil se va. Sonríe y ríete de los problemas. Que la vida es corta, pero la sonrisa es eterna. ;D

domingo, 26 de febrero de 2012

Simplemente


Y siempre cantamos una canción,
porque la noche nos parece joven.
Y siempre nos miramos a los ojos
para que la sonrisa nos enamore.

El tiempo pasa colgado en tu cuello,
en el mío, tus brazos cruzados.
La botella se vacía a cada sorbo,
y nuestros labios se van juntando.

Para qué leer, si se puede vivir,
todo aquello que podemos soñar,
sentados juntos por la noche
en la escalera de tu portal.

Para qué reír si se puede llorar,
para qué llorar si se puede reír,
y susurrar en el silencio,
-te quiero solo a ti-.

martes, 21 de febrero de 2012

Mapas mudos


Tengo el suelo sucio de mentiras pilladas,
tengo el amanecer pintado en mi cabeza,
tengo en un mapa escritos tantos quizás
que no puedo soñarlos en la misma noche.

Tengo una llamada pérdida de la muerte,
cogí el tren de la mañana, a ningún lugar.
Me caí por el ocaso de las buenas nuevas
y dejé de escribir para mirar hacia atrás.

Imaginé un mundo de tres canciones,
y la luna al fondo de unos ojos vacíos.
Oí cantar un suspiro a las montañas
y que el viento deje los olivos fríos.

Camino porque un día me corté las alas
y sigo las vías sonriendo a cada estrella.
Y si se apaga la luz, escucho dónde está,
llorando en un rincón, la soledad.

viernes, 17 de febrero de 2012

Soledad


La soledad…, esa palabra que parece que entre ella crea un vacío enorme dejando sin significado a las demás, dominante entre todo aquello que pueda vencer. La soledad es lo que a veces reina en nuestros corazones, en nuestros ojos, en nuestras mentes, una soledad personal, un rasgo de pesar y melancolía, una ausencia de algo, pero cuando la soledad lleva mucho tiempo en nosotros, por muy fuertes que seamos, nos acaba venciendo. A ella nos sometemos porque es ella quien dirige sin quererlo nuestra vida, es la enfermedad de quienes no tienen al lado nada más que a ella misma.

Recuerdo un libro que describía la soledad como aquello a lo que aspiramos si a veces la vida no sale como a uno quiere. Ese trance, en la que impera en tu conciencia, hasta que sales de ella, o te mueres con ella.  

La soledad, maldita soledad que hace cambiar al más loco de los locos, el antídoto más efectivo es siempre el que uno puede darse, depende de las ganas que tenga, si aún le queda de eso. Puede ser una pena más, que ensombrezca tu vida. Puede ser una alegría que esperas. Pero si la soledad te coge de la mano, nunca te fíes, puede no soltarte en 100 años.

“El infierno está todo en esta palabra: soledad” Víctor Hugo.

martes, 31 de enero de 2012

Mi amada libertad


Hoy no voy a escribir palabras,
que me consuelen, que me hagan reír.
Me tumbaré bajo el ciprés de la vida,
a esperar un rato, a olvidarme de mí.

Bajaré de la luna corriendo,
evitando que pasen los años.
Miraré el fuego sin tocarlo,
a ver si se quema este daño.

Por las noches me entra el temor,
me sudan los ojos, me llora el corazón.
Si en un descuido pierdo el control,
que alguien me ayude, busco el perdón.

Quizás baile con la tristeza,
quizás sea ella quien se muera de pena.
Surco el cielo con la mirada, buscando
otra mirada que surque, y me comprenda.

Y hace tiempo que dejé de seguir
el rastro de las cosas que curan el corazón.
Si olvidé el deseo, lo único que me queda,
es naufragar en el sentido, perder la razón.

Soy el fugitivo de una vida.
El reo de las condenas a muerte.
Quien quiera darme caza,
ánimo, y buena suerte ;)

jueves, 19 de enero de 2012

El asiento de los filósofos II


El tiempo se desliza entre las líneas que explican
el pensamiento de los hombres.
El sueños nos mantiene despiertos, mientras
una voz duda de que exista.
Las luces iluminan las paredes blancas,
que escuchan un discurso de
si la verdad es un error o el error es
conocer la verdad.

Descubrimos que somos imperfectos,
y por pensar nos critican, reflexionar.
Son los vicios del pensamiento mi
espina esta mañana, y de nuevo
la duda llega, me corroe, me
derrite las ganas de contar
este cuento de hombres, con
sabor a libertad.

Y aquí, sin que nadie vea lo que escribo,
sin que ojos ansiosos llenos de certeza
absorban estas líneas, poco a poco
descubro la verdad que me llena en
estas horas de pronto despertar y
mezquino sol asomado, que tengo sueño.

martes, 17 de enero de 2012

El sonido de los cristales rotos


[Choca mi reflejo contra un charco de agua estancada]

La vacía alma, marchita, desaparece,
se refugia en el cristal de la soledad,
donde observa unos ojos negros, casi muertos.

Piensa, y el pensamiento se desvanece,
mientras lanza la copa con rabia, allá,
donde el sonido de los cristales rotos
no pueda perturbar su silencio.

La música ha dejado de sonar,
la lámpara, de piel marrón, apagó
su último aliento, entre los suspiros
de los que temen la soledad.

El mar, impaciente, entra por la ventana.
Las páginas de un libro corren hasta
pararse en la última, donde tras un
breve verso de amor, la palabra
muere, como mueren los poetas, porque
la vida, no les dejó llorar su condena.

sábado, 14 de enero de 2012

En memoria de Alberto Asencio Gonzalvez


Alberto me mira sonriendo
desde el pasado, desde la memoria.

Alberto de los Ángeles, me recordaba
a aquellas personas que nacieron con
un objetivo claro, vivir la vida,
luchar por ella, amarla.
Me recordaba a esas personas
que no se dejan vencer, que
pelean su último aliento en
conseguir lo que se proponen,
que revocaban lo que el destino
les había impuesto.

Alberto Asencio me enseñaba a no
distinguir entre amigos y enemigos,
a quererlos a todos por igual, y
hacer de ese pequeño mundo interior
algo mucho más grande.

Alberto me enseñaba a ser
lo que soy, a llevar este nombre
con dignidad y honor, a saber
que por muchas penurias
que puedas pasar, sonreír
es la medicina que te puede
curar.


Alberto em mira somrient
des del passat, des de la memòria.

Alberto dels Ángeles, em recordava
a aquelles persones que van nàixer amb
un objectiu clar, viure la vida,
lluitar per ella, amar-la.
Em recordava a eixes persones
que no es deixen véncer,
que barallen el seu últim alé
a aconseguir el que es proposen,
que revocaven el que el destí
els havia imposat.

Alberto Asencio m'ensenyava
a no distingir entre amics i enemics,
a voler-los a tots per igual,
i fer d'eixe xicotet món interior
quelcom molt més gran.

Alberto m'ensenyava a ser
el que sóc, a portar este nom
amb dignitat i honor, a saber
que per moltes penúries que
pugues passar, somriure
és la medicina que et pot
curar.

sábado, 7 de enero de 2012

No pensar. Sentir.







Donde pueda confundir el cielo con la tierra, donde todas mis dudas se disipen, donde las cenizas del dolor sean arrastradas por el viento, donde pueda vivir en paz, allí estaré.

miércoles, 4 de enero de 2012

Las metáforas no duermen


Son los eternos sufrimientos de amor
mis montañas escarpadas,
mis desiertos secos y áridos,
mi viento en la cara.

Son los aullidos de la eterna soledad
un pozo sin fondo,
un lamento escrito y dejado,
un valle de lágrimas dormidas.

Son los inquebrantables horizontes
mis constantes dudas,
mis cordilleras alargadas,
mis mares desaparecidos.

Y es al cielo quien le pido perdón.
Nunca supe darme cuenta,
que quien lloraba de amor
eran las noches de luna llena.

Y es al cielo quien le imploro perdón,
desde aquí, donde las montañas,
llevan al triste poeta, sufridor,
a la luz, de las bellas mañanas.