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domingo, 1 de julio de 2012

Carta de los Valientes


No es justo. A mis 18 años, con una mente a la que aún le queda un poquito de inocencia, he descubierto que este mundo no esta tan maravilloso como pensaba, no todo es perfecto ni sale tan bien. Las experiencias de otros me han hecho abrir los ojos, y he comprendido que la vida no siempre te va a dejar vivir. Como nos muestra Molière, la hipocresía nace en el corazón más vil de todos los seres humanos. Llega un momento que comprendes que de nada sirve el diálogo y la comprensión, que la lógica y la razón no van cogidas de la mano, y que las lágrimas que has derramado no van a ser vengadas. ¿De qué te sirve luchar si siempre te van a arrodillar?
Esta vida no es justa, nada lo es, pero si algo me han enseñado es que hay que levantar la cabeza y seguir mirando al frente, que de nada sirve pararse y reflexionar los hechos pasados. Pero sobretodo, y esto es algo que hoy he entendido, la valentía nace en los corazones de quienes quieren un mundo o una vida digna y feliz. Tú has sido valiente, tú has luchado, incluso contra nosotros, has demostrado temple y seguridad, has tenido confianza en ti misma y has sabido trasmitirnos todo esto. No sé si de algo te servirán estas palabras pero a mi si, me ayudan a darme cuenta que todo acto tiene su consecuencia, una vez quise hacer justicia, y me quitaron una cosa que tanto quería hacer. Ya ves, nada es fácil, y ahora me voy dando cuenta, tú ya has vivido más años y todo esto lo tienes que saber.
Quiero que sepas que no creo que hubiese habido otra mejor que tú. Hoy he ido a una librería y en una estantería estaban todos: Baudelaire, Kafka, Joyce, Henry, Ernest, Márquez, Valery, Austen, Neruda y un largo etc. He sonreído porque me acordaba de todos y los podía ubicar perfectamente. Esto es algo que te voy a agradecer el resto de mi vida. Esta cultura la he ido ganando en unas clases que, aunque a veces me durmiese, siempre he entrado en ellas con ganas. Has sido muy buena profesora, nadie lo niega, nadie te va a quitar ese calificativo, todos te vamos a recordar y espero de todo corazón que la vida te vuelva a sonreír, que vuelvas a hacer lo que más te gusta y que todo te vaya bonito. Como dirían los Celtas Cortos, “espero que mis palabras desordenen tu conciencia”.