El
tiempo se desliza entre las líneas que explican
el
pensamiento de los hombres.
El
sueños nos mantiene despiertos, mientras
una voz
duda de que exista.
Las
luces iluminan las paredes blancas,
que
escuchan un discurso de
si la
verdad es un error o el error es
conocer
la verdad.
Descubrimos
que somos imperfectos,
y por
pensar nos critican, reflexionar.
Son los
vicios del pensamiento mi
espina
esta mañana, y de nuevo
la duda
llega, me corroe, me
derrite
las ganas de contar
este
cuento de hombres, con
sabor a
libertad.
Y aquí,
sin que nadie vea lo que escribo,
sin que
ojos ansiosos llenos de certeza
absorban
estas líneas, poco a poco
descubro
la verdad que me llena en
estas
horas de pronto despertar y
mezquino sol asomado, que tengo sueño.
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