Las bisagras
chirriaron cuando empujé la puerta. Un olor a cerrado me inundó las fosas
nasales en cuestión de segundos y mi vista se tuvo que acostumbrar a la leve
luz tenue que inundaba el ambiente. Estaba claro, las noches nunca cambian y
menos todavía en aquel lugar. Saludo a un par de personas conocidas, viejos
camaradas de historias increíbles.
Me
dirijo hacia la barra cuando me percato que a mi izquierda hay alguien sentado
que me resulta familiar.
-De
todas las personas con las que me podía encontrar esta noche, vas y eres tú le
elegida- me dijo, sin moverse de su sitio.
-bueno,
a veces nuestros pasos nos llevan al mismo lugar porque puede existir un
motivo-le respondí, sentándome junto a él.
-¿Y
cuál es hoy?-
-Teníamos
que hablar y lo sabes, ya me lo dijiste- le dije mientras el camarero, atento
de mi persona, me sirve el whisky más antiguo que tiene.
Un
largo silencio siguió a la conversación, los dos nos quedamos mirando al
frente, como si el otro esperase que su amigo comenzase a hablar.
-¿Eres
feliz?- le pregunté.
-Sabes
cuántas veces me han hecho esa pregunta a lo largo de mi vida… Ni yo mismo lo
sé, pero te diría que muchas.
-Entonces
es que ya se ha quedado antigua.
-sabes
tú cuánta frustración se puede llegar a tener…
-… por
dar continuamente, pero nunca recibir-le dije completando su frase- Sí, creo
que sí, demasiados años haciendo eso, ¿y sabes qué?, que tienes razón, nunca
nos han tratado bien.
-Lo que
pasa es crees que puedes cambiar el mundo intentando que se parezca a lo que tú
quieres, y eso amigo mío, es imposible- me dijo, mirándome fijamente, sin
volver del todo la cabeza.
Una
carcajada salió de mi boca, había dado en el clavo, a menudo lo solía hacer,
pero siempre me reía. “Que el enemigo descubra como eres te dejará al
descubierto, pero que tu amigo lo haga te dejará completamente desnudo”, eso
era algo que siempre oía decir.
-No hay
remedio, podemos estar toda la noche aquí que las soluciones no vendrán con los
rayos del sol, siempre hay problemas que nunca se irán.
Él
siguió en silencio, como si buscase algo entre sus pensamientos.
-Hay
que demostrar que uno debe ser fuerte, y así es como se hacen las cosas. Hay
que luchar, sobreponerse a lo que uno piensa que jamás superará. Eso es lo que
voy a intentar, porque esta vida es mía y solo vivimos una.
-Una
vida sin causa, es una vida sin efecto…
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