Me quedé prisionero, entre
los resquicios de tu falda.
Tu sombra se alargaba,
como palabras en el viento.
Tu sonrisa fueron hechos.
Tus miradas de algodón,
en tus ojos pude ver
qué llevo en el corazón.
Los abrazos son ilusiones,
en atardeceres que extrañábamos.
Nunca huyó el sol,
mientras nos amábamos.
No creí en el destino,
no hubo casualidades,
las heridas se me cerraron,
se esfumaron las vanidades.
Soñé que me encadenaba
a tus sueños de papel.
Haría que se cumpliesen
con un beso al amanecer.
En los bolsillos vacíos
metimos los buenos momentos,
solo nos alimentamos
de nuestros deseos.
Serán las cartas que jugamos en la vida,
será el tiempo que nos dio una oportunidad,
será que a veces, cuando te miro,
me quedo sin hablar.
jueves, 28 de julio de 2011
miércoles, 27 de julio de 2011
Cuatro vientos
Esta noche salta a mi cabeza todo aquello que pude perdonar y no quise. Perdonar parece sencillo cuando se dice y luego no se piensa, pero cuando en ocasiones te desvela, te saca de tus sueños y te hace recordar por qué tuviste que perdonar, entonces significa que el perdón nunca ha existido.
Inevitablemente revives situaciones de desencanto, de desilusión y decepción, solo quieres arrancar esas malas hierbas que crecen en tu memoria y que provocan unas lágrimas de frustración de pude y no quise. Un perdonar es merecido cuando el tiempo se compromete a olvidar, pero cuando el llanto del fracaso inunda tus ojos, los momentos perdonados vuelven por defecto, condenando los corazones que quedaron absueltos y que ahora, seguro, no se van a librar, de los cuatro vientos, que te despiertan, para no olvidar.
Inevitablemente revives situaciones de desencanto, de desilusión y decepción, solo quieres arrancar esas malas hierbas que crecen en tu memoria y que provocan unas lágrimas de frustración de pude y no quise. Un perdonar es merecido cuando el tiempo se compromete a olvidar, pero cuando el llanto del fracaso inunda tus ojos, los momentos perdonados vuelven por defecto, condenando los corazones que quedaron absueltos y que ahora, seguro, no se van a librar, de los cuatro vientos, que te despiertan, para no olvidar.
domingo, 24 de julio de 2011
La libreta
Todos tenemos una libreta, una que consideramos como "la...", y no una más. Ahí está todo, todo lo que compone, por así decirlo, tu forma de ser. Un libro que relata los pensamientos de tu persona, tus reflexiones y que trágicamente te condena a estar encerrado en una cárcel de palabras, limitado a lo que has dicho o tienes que decir. Todos hemos plasmado en la libreta lo que nuestra boca no supo decir en su momento, o simplemente hemos puesto ahí lo que ninguna caja fuerte podría guardar, dejándolo al amparo de miradas curiosas y sedientas de saber como robarte el poco juicio que piensan que tienes.
Todos hemos escrito ahí una historia, nuestra historia, la tenemos como objeto privilegiado dentro de nuestras vidas, un trozo de ti sabes que está ahí estampado porque es exactamente como quieres tu que sea. Da igual lo que hagas con ella o que pongas ahí, forma parte de ti. Yo he tenido muchas de esas, a lo largo del tiempo se me han ido llenando, pero las guardo todas como si fuesen el mejor relato que has leído.
Todos hemos escrito ahí una historia, nuestra historia, la tenemos como objeto privilegiado dentro de nuestras vidas, un trozo de ti sabes que está ahí estampado porque es exactamente como quieres tu que sea. Da igual lo que hagas con ella o que pongas ahí, forma parte de ti. Yo he tenido muchas de esas, a lo largo del tiempo se me han ido llenando, pero las guardo todas como si fuesen el mejor relato que has leído.
martes, 19 de julio de 2011
Preguntas retóricas...
¿Cuántas millas he recorrido
en el camino a la eternidad?.
¿Cómo acabas con este miedo
sin tener felicidad?.
¿Dónde terminas con el sufrimiento
de vivir sin tranquilidad?.
¿Por qué el mundo perfecto
es tan difícil de explicar?.
jueves, 7 de julio de 2011
Malas ideas
Sentado, al amparo de las estrellas, apoyado en una roca llevaba toda la noche. Como si de una prolongación de su brazo se tratase, sujetaba una botella de ron añejo que cada cierto tiempo y cuando él veía oportuno, se la llevaba a los labios para beber pequeños sorbos que le mantenían con vida y caliente en la noche. Se consideraba un hombre con el corazón apretado por una mano rígida, su pesadilla de cada anochecer, que le mantenía en vela y fingiendo un mal de insomnio.
Sin animo de lucro se bañaba en cada recuerdo que le hacía feliz y le conseguía sacar la sonrisa, que parece fácil, pero ni a tiros se asomaba. Dejaba bailar a sus pensamientos haciendo de estos un mal uso y con poca coherencia se acordaba de todos aquellos a los que echaba de menos y les escribía poesías para que no le olvidasen, pero por falta de recursos, otros dicen de inteligencia, el correo nunca llegaba al afortunado dedicado. Con andares lentos y mirada desecha se le recordaba en noches como esta, aullando a una luna desaparecida, esos cuatro versos que escribía en el reverso de la botella.
Sin animo de lucro se bañaba en cada recuerdo que le hacía feliz y le conseguía sacar la sonrisa, que parece fácil, pero ni a tiros se asomaba. Dejaba bailar a sus pensamientos haciendo de estos un mal uso y con poca coherencia se acordaba de todos aquellos a los que echaba de menos y les escribía poesías para que no le olvidasen, pero por falta de recursos, otros dicen de inteligencia, el correo nunca llegaba al afortunado dedicado. Con andares lentos y mirada desecha se le recordaba en noches como esta, aullando a una luna desaparecida, esos cuatro versos que escribía en el reverso de la botella.
Si solo me he sentido,
nadie me echará de menos.
Cuántas lágrimas brotan,
al final de cada verso.
sábado, 2 de julio de 2011
Noches de indecisión
Te hablaré de las palabras,
aquellas que no supiste escuchar,
aquellas, que en tu cabeza,
no se hicieron notar.
Escucha los silencios
que nos hacen presagiar
que lo bueno ya son restos
como tumba sin huesos.
Quédate en los portales
de la eterna indecisión.
Las cenizas solo queman
cuando se pierde el valor.
aquellas que no supiste escuchar,
aquellas, que en tu cabeza,
no se hicieron notar.
Escucha los silencios
que nos hacen presagiar
que lo bueno ya son restos
como tumba sin huesos.
Quédate en los portales
de la eterna indecisión.
Las cenizas solo queman
cuando se pierde el valor.
viernes, 1 de julio de 2011
Sin miedo
Sin miedo, deja la tristeza guardada
en un cajón, en un papel, en el baúl
que se ampara en la oscuridad, en el
fondo de tu corazón, donde no la puedas sentir.
Solo dime, quién te rompe los sueños
quién te arranca la realidad que desafía,
quién te quita los secretos cuando a los ojos
te mira y tu, indefensa, te escondes.
No te puedes perder por tu camino
frio, muerto, sin dolor ni compasión.
Se quedará donde todavía, por pena,
decide que es mejor estar.
No te dará palabras de ánimo,
se sentará a mirarte, con sonrisa burlona.
Se quedará a escupirte a la cara,
todo lo que deseaste tener…sola.
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