Maldita noche,
me has dejado al amparo de la soledad.
En este camino la luz
solo es oscuridad.
La lluvia difumina las calles,
los sentidos se terminan de apagar.
Dejo que este mundo injusto
me termine de rodear.
Las estrellas me sirven de guía,
la luna se decide a acompañar
las huellas que voy dejando
en este camino a la eternidad.
Y me dejé el corazón guardado,
en el fondo de un cajón.
Y me dejé mil versos escondidos,
en cada rincón.
Saqué del bolsillo ese recuerdo,
me dejé en el alma una pena,
cada gota de esta lluvia
se perdió en la arena.
No es cada paso que doy,
es cada pisada que dejo atrás.
Por hoy ya está bien.
Buenas noches, soledad.