¿Sabes?, a veces me subo a la azotea más
alta y dirijo la mirada hacía el horizonte, pero busco en él y no hallo lo que
quiero. A veces cojo el camino más largo y sigo la huella de viejas hojas caídas
sobre los adoquines, esperando que me guíen, pero yo no sé seguirlas. A veces siento que algo dentro de mi pesa
tanto que no imagino dar un paso y no rendirme. Sigo mirando el horizonte,
donde ya no hay nubes y el sol deja caer colores cálidos sobre los ojos que lo
observan. A veces escalo la montaña más alta, pero sigo sin comprender que por
mucho que mire y busque y quiera encontrar, en ese horizonte no hallaré nada.
¿Sabes?, a veces el aire me roza al caminar
y me trae con él el olor que añoro, y pienso ¿dónde estás?, te echo de menos. A veces extiendo la mano y
acaricio tu pelo, y un improvisado beso se dibuja en mis
labios. A veces levanto la mirada y la dejo perdida en el paisaje, y a veces te
encuentro allá, en algún lugar lejano, sonriendo mientras me miras y agachas
poco a poco la cabeza…, y siento que algo dentro de mi vuelve a latir.